
Naciones Unidas, Nueva York – Julio 2025. La Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado por unanimidad una resolución histórica que reconoce formalmente el acceso al agua potable segura y al saneamiento básico como un derecho humano universal. La medida, respaldada por los 193 Estados miembros, obliga a los gobiernos a tomar acciones concretas para garantizar que todas las personas, sin excepción, tengan agua limpia para beber, cocinar y mantener la higiene personal.
Un paso largamente esperado
Aunque el derecho al agua fue reconocido por primera vez por la ONU en 2010, esta nueva resolución lo eleva a un nivel vinculante en el marco del derecho internacional. “El agua no es un lujo. Es la base de la vida, la dignidad y la salud”, declaró António Guterres, Secretario General de la ONU, durante la sesión plenaria.
Actualmente, más de 2,200 millones de personas en el mundo carecen de acceso a agua potable gestionada de forma segura, y 3,500 millones no cuentan con servicios de saneamiento adecuados, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF.
¿Qué obliga esta resolución?
Aunque la Asamblea General no puede imponer sanciones, la resolución establece un marco moral y político que:
- Exige a los Estados eliminar la discriminación en el acceso al agua (por género, etnia, pobreza o ubicación geográfica).
- Insta a los gobiernos a invertir en infraestructura rural y urbana para abastecimiento y tratamiento de aguas residuales.
- Llama a la comunidad internacional a aumentar la cooperación financiera y técnica, especialmente en África, Asia y América Latina.
- Reconoce que el agua debe ser asequible, accesible, segura y culturalmente aceptable.
Impacto en zonas rurales y marginadas
La resolución pone especial énfasis en las comunidades indígenas, campesinas y asentamientos informales, donde el acceso al agua suele depender de fuentes contaminadas o caminar kilómetros diarios para recolectarla. “Las mujeres y niñas son las más afectadas: pierden horas de estudio o trabajo cargando agua”, señaló la embajadora de Kenia ante la ONU.
Financiamiento y desafíos
Para cumplir este derecho, la ONU estima que se necesitan 114,000 millones de dólares anuales hasta 2030 —más del triple de la inversión actual. La resolución insta a los bancos multilaterales, como el Banco Mundial, a priorizar proyectos hídricos en sus carteras de desarrollo.
Además, se crea un Mecanismo de Monitoreo Global del Agua, que publicará informes anuales sobre el progreso de cada país.
Una victoria para los movimientos sociales
Organizaciones como WaterAid, Amnistía Internacional y redes de pueblos indígenas celebraron la resolución como un triunfo tras décadas de lucha. “Hoy, el agua deja de ser una mercancía y vuelve a ser un bien común de la humanidad”, dijo una representante de la Alianza Mundial por el Agua.
Próximos pasos
A partir de 2026, todos los informes nacionales de desarrollo sostenible deberán incluir indicadores claros sobre acceso al agua y saneamiento. Los países que no avancen podrían enfrentar presión diplomática y pérdida de cooperación internacional.
Como reza el preámbulo de la resolución: “Donde hay agua, hay vida. Donde hay justicia, hay esperanza”.
